Creo que entre todas las cosas que ocurrieron, una de las más positivas e incleibles en esta experiencia fue el ver al Cuerpo de Cristo trabajando. Desde el inicio hasta semanas y meses después, nosotros fuimos genuinamente cuidados por mucha gente sin haber pedido que lo hicieran. Desde que llamamos primero a nuestros padres, se activaron cadenas de oración en Estados Unidos y México. Nuestro Pastor Guatemalteco Eliceo fue el primero en llegar al hospital antes de la cirugía. La familia de los Ficker nuestros amigos misioneros llegaron con su avión. Cathy, una enfermera prosefional, llego y se quedo sentada al lado de la cama de Areli a pesar de que las enfermeras del hospital estuvieron tratando de sacarla. Sally y Erv llegaron con su cámara para tomar fotos preciosas y para cuidar del cuerpo de Esther a lo largo del día. Más tarde Erv fue a limpiar nuestra casa y camioneta. Emanuel, Josh y Jose trabajaron todo el día y toda la noche para poder obtener el certificado de nacimiento y de defunción. Nuestro Pastor Don estuvo checando periódicamente para ver que más había de hacerse. Matt arreglo todo para conseguir un lote en el cementerio y los miembros de la Iglesia de la Comunidad Misionera pagaron por todo eso. Pastor Eliceo y Victor manejaron de ida y regreso como en total 15 horas hacia la frontera con México para recoger a la familia de Areli. Erna estaba cocinando para cada uno de los visitantes que habrían de llegar. Muchas otras personas estaban ocupadas haciendo otras cosas. Y para esta hora, cientos (tal vez miles) de personas estaban orando por nosotros.