Cuando llegamos a la pista de aterrizaje, la cual es en realidad un tipo de base militar, amablemente las autoridades nos dejaron entrar rápidamente sin muchas preguntas. Mientras saliamos de la camioneta cerca del avión, me dieron la noticia de que mi hija ya no estaba respirando bien. Sus pulmones se habían puesto rigidos como es común que pase en bebes prematuros. Supe que ese era el final. Yo la tuve en mis brazos y la abraze, con un estetoscopio en su corazón escuche cada uno de sus latidos. Lento...lento......lento.......y el último latido. Se movio, hizo un indicio de un ruido suavemente, y ya no estaba (08:49 A.M.). La abrace fuertemente y llore...oh como me dolio...en medio de una pista de aterrizaje mientras mis amigos oraban...en la presencia de nuestro Dios Todopoderoso. Y después fue tiempo de irnos.